La estela residual del huracán Erick –transformado en sistema de baja presión– provocó lluvias intensas en Puebla, donde 99 de los 217 municipios registraron precipitaciones, algunas tan intensas que causaron derrumbes y deslaves que obligaron a evacuar a dos familias.
Las zonas más afectadas se ubican en las sierras Norte, Nororiental y Negra, limítrofes con Veracruz y Oaxaca. A pesar de las fuertes lluvias, los niveles de los ríos no alcanzaron tal magnitud como para desbordarse, lo que mantiene fuera de peligro a las comunidades ribereñas.
Los efectos del meteoro también se dejaron sentir en la infraestructura local. Protección Civil, la CFE y autoridades municipales removieron postes caídos, rocas y árboles sobre carreteras; en Ajalpan, un tramo fue cerrado temporalmente por un deslave y luego reabierto tras las labores de limpieza.
La situación exigió la implementación del Plan DN-III-E en municipios como Ajalpan, Coyomeapan y San Sebastián Tlacotepec, donde se registraron desprendimientos severos en cerros de Chichicapa y Zacacoapan. Incluso una ambulancia volcó mientras regresaba de atender la emergencia en Chichicapa, aunque sin pérdidas humanas graves.
En respuesta, el gobierno estatal habilitó 227 albergues en zonas vulnerables (Sierra Norte, Nororiental, Negra y Mixteca), y mantiene un monitoreo permanente de presas como Manuel Ávila Camacho y Necaxa. A su vez, Sedif distribuye despensas y cobertores para apoyar a los desplazados.
