
En la tarde del martes, el Centro Histórico de Puebla fue escenario de una tragedia que pasó desapercibida para muchos. Un hombre, aparentemente en situación de calle, fue encontrado sin vida, recargado en una puerta en la intersección de la 5 Oriente y 16 de Septiembre. La lluvia torrencial que azotó la ciudad ese día pudo haber contribuido a su fallecimiento, aunque las autoridades aún investigan las causas exactas.
Comerciantes y transeúntes alertaron a los servicios de emergencia al notar que el hombre no reaccionaba. Paramédicos confirmaron su deceso en el lugar. El cuerpo fue cubierto con bolsas de plástico mientras se esperaba la llegada de la Fiscalía para realizar las diligencias correspondientes.
El hombre, de entre 40 y 50 años, no portaba identificación y nadie se presentó para reclamar su cuerpo. Su muerte, solitaria y en silencio, resalta la invisibilidad de las personas en situación de calle en la sociedad. A pesar de estar en el corazón de una ciudad llena de vida, su partida pasó casi inadvertida.
Este suceso pone de manifiesto la falta de atención a las personas más vulnerables en la sociedad. La ausencia de políticas públicas efectivas para abordar la situación de las personas en situación de calle contribuye a tragedias como esta. Es imperativo que las autoridades y la sociedad en general tomen conciencia y actúen para prevenir este tipo de muertes evitables.
La muerte de este hombre, aunque silenciosa, debe servir como un llamado de atención. Es necesario reflexionar sobre cómo tratamos a los más desfavorecidos y qué medidas podemos implementar para garantizar que tragedias como esta no se repitan.