
En Puebla, el consumo de drogas entre menores de edad ha aumentado significativamente, al punto de que niños y adolescentes están desplazando a los adultos en los centros de rehabilitación. Según un informe reciente, menores de entre 9 y 13 años, así como jóvenes con problemas de adicción, han comenzado a ocupar una proporción creciente de los espacios en estos centros.
Desde 2018, las metanfetaminas se han convertido en la droga más consumida, superando a la marihuana. Este cambio en las tendencias de consumo ha llevado a un aumento en la demanda de servicios de rehabilitación para menores.
A pesar de la creciente necesidad, solo el 15% de la población con adicciones tiene acceso a tratamiento. Esto resalta la urgencia de implementar políticas públicas que aborden esta problemática, enfocándose en la prevención, el tratamiento accesible y el apoyo a las familias afectadas.
Organizaciones como los Centros de Integración Juvenil (CIJ) ofrecen programas especializados para jóvenes y sus familias, incluyendo terapia individual, familiar y grupal, así como servicios de hospitalización cuando es necesario.
La situación actual subraya la necesidad de una respuesta integral que combine esfuerzos gubernamentales, comunitarios y familiares para prevenir y tratar las adicciones en menores, garantizando su bienestar y desarrollo saludable.