
El 7 de diciembre de 2025, un informe internacional sobre libertad de prensa reveló que el año había sido uno de los más peligrosos para periodistas en todo el mundo, con al menos 67 comunicadores asesinados por realizar su labor. México apareció nuevamente entre los países donde ejercer el periodismo implica mayores riesgos.
El informe señaló que muchos de los asesinatos no ocurrieron en zonas de guerra, sino en contextos donde los periodistas investigaban corrupción, crimen organizado o abusos de autoridad. En varios casos, los homicidios fueron catalogados como ataques directos y deliberados contra la libertad de expresión, y la impunidad sigue siendo uno de los principales factores que facilita la repetición de estos crímenes.
Organizaciones defensoras de derechos humanos subrayaron la necesidad urgente de fortalecer los mecanismos de protección en México, que continúa enfrentando agresiones a periodistas locales, amenazas y espionaje digital. A nivel nacional, la publicación del informe reavivó debates en el Congreso y entre colectivos de prensa sobre la eficacia de los protocolos existentes.
Además, se hizo un llamado a los gobiernos estatales, quienes frecuentemente carecen de recursos o voluntad para garantizar la seguridad de comunicadores que realizan coberturas de alto riesgo. El informe de diciembre se convirtió en un punto clave para impulsar reformas y exigir mayor rendición de cuentas.



