
En la unidad habitacional Agua Santa, se ha intensificado un fenómeno que preocupa a los residentes: la apropiación de espacios públicos por parte de particulares, quienes los han transformado en bodegas, casetas y áreas cerradas de uso exclusivo.
Durante un recorrido por la zona, se observaron estructuras metálicas, techos improvisados y hasta bardas construidas sobre camellones, banquetas y jardines vecinales. Algunos vecinos han cercado áreas verdes para convertirlas en extensiones de sus hogares o negocios, impidiendo el libre tránsito y uso común de estos espacios.
La situación ha generado molestia entre habitantes de la zona, quienes consideran estas acciones una invasión al entorno colectivo y una falta de respeto hacia la convivencia urbana. Las banquetas, por ejemplo, se ven reducidas o bloqueadas, obligando a peatones —incluidos adultos mayores y niños— a caminar por la calle.
Aunque este problema no es nuevo en la capital poblana, la expansión visible en Agua Santa ha encendido las alertas. Las estructuras instaladas varían desde pequeñas casetas hasta verdaderas construcciones que aparentan permanencia.
Frente a esta problemática, se espera que las autoridades municipales actúen para recuperar los espacios públicos y restablecer el orden en la zona. Mientras tanto, los vecinos continúan denunciando y exigiendo que se respeten las áreas destinadas a la comunidad.