El gobierno de México ha interpuesto una demanda contra Google por modificar la denominación del Golfo de México en su plataforma de mapas, cambiándola a «Golfo de América». Esta acción sigue a una orden ejecutiva emitida por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, que instruía el uso del nuevo nombre en mapas oficiales de su país.
La presidenta Claudia Sheinbaum expresó su desacuerdo con esta modificación, argumentando que el cambio de nombre solo debería aplicarse a la plataforma continental de Estados Unidos y no al territorio internacional ni al área correspondiente a México y Cuba. Sheinbaum destacó que Google, como plataforma internacional, debe adherirse a normas internacionales y no imponer denominaciones unilaterales que puedan afectar la soberanía de otros países.
El gobierno mexicano ya había intentado resolver la situación mediante una carta enviada a Google el 30 de enero, solicitando la corrección de la denominación. Sin embargo, al no recibir una respuesta satisfactoria, se decidió presentar una demanda civil ante un juzgado en Ciudad de México. La demanda busca que Google rectifique el nombre del Golfo en sus aplicaciones y aclare que «Golfo de América» corresponde únicamente a la plataforma continental de Estados Unidos.
La controversia ha generado un amplio respaldo ciudadano hacia la postura del gobierno mexicano. Una encuesta reciente reveló que el 85% de los consultados apoya la decisión de la presidenta Sheinbaum de iniciar acciones legales contra Google si no rectifica su decisión. Además, medios internacionales como la Enciclopedia Británica han mantenido el nombre tradicional del Golfo, subrayando que el cambio decretado por Trump solo aplica en el tramo de la plataforma continental que le corresponde a Estados Unidos.
Este conflicto resalta la importancia de la precisión en la información geográfica proporcionada por plataformas digitales y su impacto en la percepción pública y la soberanía nacional. México continúa defendiendo el nombre histórico del Golfo de México y espera que Google rectifique su denominación para evitar mayores tensiones diplomáticas.
