El 19 de noviembre se confirmó que México alcanzó un máximo histórico de inversión extranjera directa (IED) durante 2025, acumulando alrededor de 41 mil millones de dólares entre enero y septiembre. Este incremento representó no solo un récord para el país, sino también un indicador de confianza internacional en sectores clave como infraestructura, energía, manufactura y servicios financieros.
El secretario de Economía señaló que este crecimiento se vio impulsado por la relocalización de empresas, el fortalecimiento del nearshoring y un incremento en los flujos provenientes de Norteamérica, Europa y Asia. Los analistas destacaron que México se posiciona como uno de los destinos más atractivos para la expansión industrial en América Latina, especialmente por su cercanía logística con Estados Unidos.
Sin embargo, el panorama no es del todo positivo. A pesar de este crecimiento en la inversión, el Producto Interno Bruto mostró una leve contracción del 0.3% durante el tercer trimestre del año. Esto refleja que, aunque llegan nuevos capitales, aún existen desafíos estructurales en productividad, seguridad y estabilidad regulatoria.
Expertos señalaron que el reto para 2026 será convertir esta inversión en crecimiento sostenible, generar empleos de calidad y fortalecer la cadena de valor nacional para que el impulso económico sea duradero. El gobierno federal celebró el récord alcanzado, pero reconoció que el país debe trabajar para garantizar una mayor distribución de beneficios y estabilidad económica en los próximos años.
