En México, el 16 de noviembre de 2025 fue una fecha marcada por una intensa jornada de protestas que detonaron un debate nacional sobre seguridad, gobernabilidad y derechos civiles. Miles de jóvenes se concentraron en la Ciudad de México como parte del movimiento surgido tras el asesinato del alcalde de Uruapan, lo que generó indignación en amplios sectores sociales. Las movilizaciones avanzaron por avenidas principales hacia el Zócalo capitalino, donde se registraron los momentos de mayor tensión.
La presencia policial fue notable desde temprano, con cordones de seguridad extendidos alrededor del Palacio Nacional. Sin embargo, grupos de manifestantes derribaron las vallas de protección, lo que provocó el despliegue de elementos equipados con escudos y gas lacrimógeno. El enfrentamiento dejó numerosos heridos, tanto manifestantes como oficiales, y se reportaron detenciones que fueron cuestionadas por colectivos civiles.
El gobierno federal se pronunció horas después, asegurando que se respetó el derecho a la manifestación, aunque justificó el uso de fuerza para contener daños al patrimonio. Por su parte, organizaciones de derechos humanos señalaron la necesidad de investigar posibles excesos policiales.
La jornada del 16 de noviembre abrió un nuevo frente para el debate nacional sobre la seguridad, pues varios especialistas señalaron que las causas de la protesta reflejan problemas estructurales de violencia e impunidad. El evento también generó repercusiones políticas, ya que analistas comenzaron a evaluar cómo esta presión social podría influir en decisiones del Ejecutivo y en la relación entre gobierno y ciudadanía.
