
Aunque la serie Chespirito: Sin querer queriendo dramatiza su historia de amor, la realidad fue incluso más intensa. Roberto Gómez Bolaños ya estaba casado con Graciela Fernández, con quien tenía seis hijos, cuando conoció a Florinda Meza durante una gira en los años setenta.
Ambos se conocieron en Televisa: Florinda destacó por su talento y disciplina, lo que atrajo la atención de Gómez Bolaños incluso antes de entablar una relación sentimental. Él la invitó a una lectura de guion y quedó impresionado por su profesionalismo, y a partir de ese momento comenzó a cortejarla con flores, poemas y canciones por años, a pesar de estar casado.
El punto de quiebre ocurrió el 12 de octubre de 1976 en Santiago de Chile, durante una gira del elenco. Según ambos relatos, él confesó sentirse vacío en su matrimonio y ella respondió con una frase que cambiaría todo: “¿Y por qué no me besas a mí?”, dando inicio a su romance.
El vínculo generó tensión en el elenco—Rubén Aguirre mencionó que Ramón Valdés cuestionó el inicio de la relación —y medios escandalosos no tardaron en calificarla de “amorío”, provocando que la pareja se ocultara públicamente durante años.
Tras cinco años de noviazgo, formalizaron su relación en los set de grabación; sin embargo, esperaron hasta 2004 para casarse oficialmente, manteniendo una unión sólida hasta el fallecimiento de Gómez Bolaños en 2014. Decidieron no tener hijos juntos —él ya se había hecho una vasectomía— acción que, según Florinda, fue un sacrificio hecho por amor para no afectar a la familia ya formada.