Una chispa detonó la tragedia: Un muerto y 12 heridos en Tehuitzingo | Archivo Rojo
Un cuerpo carbonizado entre los escombros de una casa derrumbada y los gritos de auxilio, tanto de adultos como de menores edad que estaban por perder la vida, fueron las escenas que marcaron a pobladores del municipio de Tehuitzingo, la tarde del 9 de diciembre de 1998.
Cien kilogramos de pólvora almacenada en una vivienda que también funcionaba como cohetería clandestina, fue la sentencia de muerte para el dueño lugar.
Todo ocurrió a las 15:45 horas de aquel día. Según la información plasmada en aquellos años en las páginas de El Sol de Puebla, el día transcurría con normalidad en la población ubicada entre los municipios de Izúcar de Matamoros y Acatlán de Osorio.
De pronto, se escuchó una fuerte explosión que cimbró puertas y ventanas de distintos domicilios. Vecinos de la colonia Vicente Guerrero, Tercera Sección, fueron quienes escucharon más de cerca el estruendo que no tardó en generar pánico y expectación entre la comunidad.
Ante los hechos y después de salir de sus viviendas, los pobladores descubrieron que la casa de su vecino identificado como Andrés Hernández Eustaquio, estaba destruida.
