🌇 Gentrificación en Puebla: colonias populares, desplazamiento y turistas digitales

La gentrificación, definida por la transformación urbana que encarece barrios e impulsada por intereses inmobiliarios y proyectos gubernamentales, llega con fuerza a Puebla. Así lo advirtió Lorena Cabrera Montiel, investigadora de la Ibero Puebla, tras marchas contra este fenómeno en CDMX el 4 de julio —carteles como “No es negocio, es despojo” evidencian una alarma regional— .
Este proceso se refleja claramente en zonas como el Centro Histórico de Puebla y los barrios antiguos —Analco, El Alto, Los Sapos— donde las viviendas ahora se promocionan en inglés, apuntando a público extranjero, y los precios de alquiler se han disparado (). Además, crecen los hoteles boutique, cadenas de restaurantes y cafés que desplazan comercios tradicionales y servicios comunitarios ().
En las Cholulas —San Pedro y San Andrés— la gentrificación periurbana fue alimentada por el impulso del programa Pueblos Mágicos, nuevos desarrollos inmobiliarios y hoteles boutique cerca de zonas arqueológicas como el cerro Zapotecas. Fraccionamientos como Zerezotla y Villas Magnolia contrastan con la población local desplazada .
Otras áreas afectadas incluyen Lomas de Angelópolis III —donde rentas crecieron a niveles similares a Angelópolis—, así como barrios como La Paz, Las Ánimas, y colonias como San Antonio, Huexotitla y Santa Anita. En estos lugares, el repentino auge inmobiliario de alto estándar ha forzado a familias de ingresos bajos y medios a migrar a la periferia .
Para mitigar el problema, expertos plantean políticas de vivienda accesible, regulación de plataformas como Airbnb, mejoramiento de viviendas existentes, apoyo a microempresas y planificación urbana que priorice derechos ciudadanos sobre la plusvalía. “Hay que entender la ciudad como un derecho, no como un negocio”, asegura Cabrera Montiel .