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La otra cara de la defensa de Puebla en 1863: derrotados, desterrados e ignorados

El 5 de mayo de 1862, el Ejército Mexicano logró una victoria significativa al derrotar al Ejército Expedicionario Francés en Puebla. Sin embargo, casi un año después, el 16 de marzo de 1863, las fuerzas francesas, bajo el mando del general Élie-Frédéric Forey, sitiaron nuevamente la ciudad, esta vez con un ejército de más de 26,000 hombres y 56 piezas de artillería. Enfrentando a aproximadamente 20,000 soldados mexicanos comandados por el general Jesús González Ortega, la ciudad resistió durante 62 días, destacándose por su valentía y determinación.

A pesar de la tenaz resistencia, la falta de suministros esenciales como municiones, agua y alimentos llevó a la rendición de Puebla el 17 de mayo de 1863. Los franceses capturaron a cerca de 1,500 generales, jefes y oficiales mexicanos, a quienes ofrecieron la libertad a cambio de comprometerse por escrito a no luchar contra la intervención francesa ni interferir en asuntos políticos. La mayoría de los prisioneros rechazó esta oferta, lo que resultó en su destierro a Veracruz y, posteriormente, a Francia.

El coronel Agustín Alcérreca, quien fue testigo de estos eventos, documentó en su «Diario de un prisionero de guerra» que, el 20 de mayo, mil 466 prisioneros partieron de Puebla hacia Veracruz, aunque solo una tercera parte llegó a su destino. Posteriormente, 471 de estos prisioneros fueron enviados a Francia, donde muchos fueron obligados a trabajar en condiciones precarias. A pesar de las adversidades, un grupo de 123 oficiales se negó a comprometerse a no luchar contra la intervención y, aunque abandonados por el gobierno francés en 1864, regresaron a México y retomaron la lucha por la soberanía nacional.

Entre los oficiales que regresaron se encontraba Joaquín Colombres, un destacado ingeniero militar nacido en Puebla. Colombres, quien había participado en la defensa de la ciudad en 1863, continuó su carrera militar y desempeñó un papel importante en la resistencia contra la intervención francesa. Su historia es un ejemplo del compromiso y sacrificio de muchos mexicanos que, a pesar de las derrotas y el destierro, nunca abandonaron la causa de la independencia y la soberanía nacional.

La historia de la defensa de Puebla en 1863 es una muestra de la resiliencia y el patriotismo de los mexicanos ante la adversidad. Aunque la ciudad fue tomada por las fuerzas invasoras, la determinación de sus defensores dejó una huella imborrable en la historia del país. Es fundamental recordar y reconocer a aquellos que, a pesar de las derrotas y el olvido, continuaron luchando por la libertad y la independencia de México.

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