Las lluvias recientes han agudizado la crisis ambiental en el antiguo basurero de Cholula, ubicado en el municipio de Calpan. Aunque el sitio fue clausurado, continúa generando lixiviados que, con las precipitaciones, se han filtrado de manera alarmante hacia un pozo agrícola y tierras de cultivo.
Productores locales han alertado sobre los escurrimientos visibles del líquido contaminante, el cual no solo emite olores fétidos, sino que también ha comenzado a alterar el color del agua en la zona. La preocupación se centra en los riesgos que esto representa para la salud de los habitantes y para la seguridad alimentaria, ya que muchos dependen de estos cultivos para subsistir.
Ante esta situación, se han planteado medidas técnicas como la compactación adicional de los residuos dentro del relleno para tratar de contener los lixiviados. Sin embargo, los pobladores consideran que estas acciones son insuficientes y exigen una intervención de fondo para evitar que el daño siga avanzando.
El basurero, a pesar de estar fuera de operación, se ha convertido en un problema activo cuya contaminación se extiende con cada temporada de lluvias, afectando al medio ambiente y a comunidades enteras.
