Taylor Swift recupera los derechos de sus primeros seis álbumes: un triunfo personal y profesional

La cantante estadounidense Taylor Swift ha anunciado que ha recomprado los derechos de sus primeros seis discos, poniendo fin a una larga batalla legal y personal por la propiedad de su música. «Toda la música que he creado ahora me pertenece», declaró emocionada en su sitio web oficial. La artista expresó que ha estado «llorando de alegría» desde que descubrió que esto finalmente se había logrado.
Esta saga comenzó en junio de 2019, cuando el representante musical Scooter Braun adquirió Big Machine, el antiguo sello discográfico de Swift, y con él, todos los derechos de los seis primeros álbumes de la cantante: Taylor Swift, Fearless, Speak Now, Red, 1989 y Reputation. Swift había expresado previamente su objeción al acuerdo, señalando que Braun había sido cómplice en el «acoso incesante y manipulador» que el rapero Kanye West, uno de sus clientes, ejercía sobre ella.
Para recuperar el control de su música, Swift emprendió un proceso de regrabación de sus discos, lanzando versiones conocidas como «Taylor’s Versions». Hasta la fecha, ha lanzado cuatro álbumes regrabados, que incluyen docenas de pistas adicionales y material complementario. Sin embargo, la cantante había llegado a un «punto muerto» al intentar rehacer el álbum Reputation de 2017, debido a la especificidad del contenido y las emociones personales asociadas a esa época de su vida.
En su carta a los fans, Swift agradeció profundamente su apoyo durante este proceso, señalando que recuperar los derechos de su música le había parecido, durante mucho tiempo, «inimaginable». «No tengo palabras para agradecerles por ayudarme a reencontrarme con este arte al que he dedicado mi vida, pero que nunca había poseído hasta ahora», escribió.
Este logro no solo representa una victoria personal para Taylor Swift, sino también un hito en la industria musical, donde los artistas cada vez más buscan recuperar el control sobre sus obras y su legado. La recuperación de los derechos de sus grabaciones maestras le permite a Swift tener mayor autonomía sobre cómo se distribuye y licencia su música, asegurando que su legado artístico permanezca bajo su control.